Lo desenrolla y lo vuelve a enroscar.
Lo pone un segundo y ya no está.
Sabe lo que pasará pero vuelve a llamar.
Da un paso y al segundo se tira para atrás.
Sube las escaleras y las vuelve a bajar.
Tira el jarrón y lo recoge sin más.
Se sienta en la silla y vuelta a escapar.
Te cuenta el relato y lo vuelve a empezar.
