Mermelada

 Aquellos días en los que el sol salía por el oeste y se acostaba por el este.

Aquellos días en los que la lluvia solo caía sobre el tejado de mi casa.

En aquellos días grises, una pregunta no salía de mi mente y no tenía respuesta, porque nadie la podía resolver. 

Me retocaba los labios en el tocador de mi madre, me cubría con las corbatas de mi padre y ellos no decían nada.

Aquellos días en los que me asomaba a la ventana y los gatos ladraban al ver a los perros maullar.

Días en los que a mi loro se le olvida hablar. Pedí un deseo a una estrella fugaz y no se hizo realidad.

Pues ahora me acabo el bote de mermelada yo sola, en medio de la cama, en medio de la sábana en forma de corazón, en medio de la almohada que no desprende calor.

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